Divagues sin divagar, dos puntos en el universo buscando lo inexplicable y ahí está el escenario y la escena comienza, es posible cruzar la línea y que suceda la magia?
Una vez un señor, Benjamin Franklin se llamaba, dijo algo asi, que “Hay tres cosas extremadamente duras, ellas son el acero, los diamantes y el conocerse a uno mismo”
Dicen que las conversaciones seducen, dicen que las palabras nos arrinconan… que a partir de un momento quizás… o encontramos nuestras almas o las perdemos… “hay tres cosas extremadamente duras, el acero, los diamantes y conocerse a sí mismo, escribió el Sr Franklin… dicen que a partir de un momento, o encontramos nuestras almas…o tal vez… las perdemos… ¿las perdemos?, nadie puede saberlo, nadie…y podrá ser como en un teatro, como una imagen secreta entre dos almas, con esa profundidad intima de la escena teatral, como dos páginas de un libro cerrado. Y es posible… posible, que cuando se cruzan, una imagen del espíritu imagina o recuerda situaciones en que otra alma pasó por delante con absoluta simpleza… y tal vez, solo tal vez, todas las partes del alma y el cuerpo deben estar ahí, listas, preparadas, dispuestas, sin saberlo, para el otro, el otro extremo de la conexión, y como los átomos, saltan y estallan en una dirección y avanzan en una autopista y se produce el deseo; pero… ¿es posible decir, aceptar, que si tenemos o creemos que tenemos un alma lo suficientemente fuerte como para que podamos arrancar un velo y mirar, ver, cara a cara la terrible y desnuda belleza de un alma? ¿Es posible?... y, es posible que la sensación sea como una imagen que se mueve sin forma que atrapa y expulsa, como la fuerza de algún dios indescifrable, que nos consume… y se busca, se espera… pero decimos que es como el teatro, y… el teatro trata de lo desconocido ¿no es así? el teatro llega con sus raíces a la magia y de ahí se sostiene, en un ritual, en un sacrificio, y todo eso son cosas que imponen un grado de misterio, y puede ser que muchas cosas que no se comprendían pasan a ser comprensibles, es posible. Y lo que podemos llamar “vida normal”… no es lo que transcurre en un espacio con tres lados, como un escenario, como el teatro. Y es que el teatro es una versión más filtrada, más concentrada tal vez de esa vida real, un extracto, una esencia de lo que es el comportamiento de las personas, como una visión más extraña tal vez, más trágica es posible decir y posiblemente algo más perfecta que algún otro aspecto corriente de la vida…
Y se camina, se busca y se espera… y no es que no existan las casualidades, simplemente, cuando alguien busca algo, siempre lo encuentra, siempre estaba ahí, siempre estuvo ahí, sólo son los cruces de camino lo que hacen que en un instante incierto las cosas sucedan… es posible que sea así… ¿es?... y es el deseo de la persona lo que hace que esas cosas sucedan, lo lleva su necesidad a ello… tal vez?.
Y… es posible decir que cuando alguien busca, tal vez ocurra que sus ojos vean solo aquello que anda buscando… es posible si, y puede ser también que ya no logra encontrar nada ni se vuelve receptivo a nada porque solo piensa en lo que busca, y tal vez lo que busca no tiene forma, tal vez lo que busca es algo que se pueda explicar por las percepciones, si es que las percepciones se pueden explicar… o alguien entenderlas, y ¿Qué es? Es tal vez un objetivo, y se encuentra como atado a él? … y tal vez, solo tal vez se pueda ver, se pueda percibir, que buscar significa tener un objetivo… pero, ¿y encontrar? Significa ser libre, encontrar, como estar abierto, como carecer de obsesiones… tal vez, es posible, sí.
Y… alguien ha escrito que el niño tiene cien leguajes, cien manos, cien pensamientos, cien formas de pensar, cien formas de jugar, cien formas de hablar… cien siempre cien formas de escuchar, de sorprender, de amar, cien alegrías para cantar y entender… y esos niños tienen cien maneras de expresarse, pero se les roba 99… y le dicen que el juego, el trabajo, la realidad y la fantasía, que la ciencia y la imaginación, el cielo, la tierra, la razón y el sueño son cosas que no van juntas y también le dicen que el cien no existe… y el niño dice que el cien existe…y, ¿por qué a veces casi siempre se hace correr a las personas detrás de cosas que no existen? Si todo está ahí, si solo hay que saber ver y mirar…
Una historia, en algún sentido, no es algo de este mundo. Una verdadera historia requiere un bautismo mágico que conecte este mundo con el otro…tal vez… y es posible que… Quizá todas las cosas ya estén perdidas de antemano secretamente en algún lugar remoto. Al menos existe un lugar tranquilo donde todas las cosas van fundiéndose, unas sobre otras, hasta conformar una única imagen. A medida que vamos viviendo no hacemos más que descubrir, una tras otra, como si tirásemos de un hilo muy fino, esas coincidencias. Como cerrar los ojos e intentar recordar el mayor número de cosas bellas perdidas. Intentar retenerlas en las manos. Aunque sólo fuera un instante.
Y es que todas las situaciones básicas de la vida son sin retorno… es así ¿es así?; y porque para ser lo que somos, como tales, tenemos que atravesar la imposibilidad de retorno con plena conciencia… tal vez, y ¿será que el presente es un momento veloz, fugaz, casi etéreo, como un filo que atraviesa? ¿será así? ¿aunque sea y a pesar de todo, su intensidad lo haga parecer eterno?
Y dicen que cuando alguien necesita, busca algo, lo encuentra, dicen que no es la casualidad quien lo hace posible, sino él mismo… y es su propio deseo y su propia necesidad, su búsqueda natural, lo que conducen a ello… tal vez. Y será, así, a lo largo del todo el camino de la vida, cada uno, de lo que somos… cada uno, vamos descubriendo poco a poco nuestro “yo” y a medida que lo recorremos, es posible, que lo vamos descubriendo también, y es posible que vamos sintiendo dejar parte de nosotros en ese trayecto… seguramente así sea, y quien se lanza al camino siempre busca resultados de los buenos, y lo intenta una y otra vez, y tal vez aunque la mayoría de esos intentos no sean positivos o no sean todo lo que se ha deseado, y… una y otra vez lo sigue intentando, y desea… desea una experiencia superior en el camino, en ese camino, aunque sea una vez, y es posible, que esa sola vez sea sin tiempo ni final… es posible sí. Y es que son deseos y esas razones los que le dan el impulso del movimiento al mundo, pero, y que es de los otros, esos deseos livianos apenas como promesas inciertas, de leves voluntades como flotando a la deriva… tal vez. Y dicen que en determinados momentos de la vida, es posible pensar que no importan muchas cosas que se desean… tal vez… y no es posible ubicar ese momento en el tiempo exacto, pero es posible esté ahí, como una brisa molesta, de esas de principios de primavera, y es como dejar o como ir dejando a un lado esos deseos, no aceptar, admitir que se quiere algo, ya sea por prudencias, temores, fantasmas ocultos, agazapados tal vez… y así transcurre el tiempo y que ya no hay espacios ni dimensiones por recorrer… ¿será? Y un día cualquiera sin cómo ni por qué, sueños y deseos están ahí… o ya estaban, ahí como al otro lado de una calle… tal vez. Y decimos que no es que no existan casualidades, aunque nada es casual, y es que simplemente cuando se busca, se desea, cuando buscamos siempre se encuentra, aun sin tener la certeza del cómo… siempre se llega, y es el deseo natural que hace que las cosas sucedan, ya que sólo estaban allí. Y podrá decirse que desaparecen, pero no, solo esperan entre escenarios leves, entre actos del tiempo, y es posible decir que no, pero el fin de las pasiones es que lo oculto se vea como el sol, como el infinito, porque siempre hay más, y de una sola mirada tal vez, vemos como ese infinito cuesta todo lo que somos, y resulta todo lo que podemos ser, y ese infinito es el que nos libera, como los deseos… tal vez. -DEL EDITOR-
Conversaciones
con Gladys Ceriani
Y pensaba eso, que las conversaciones seducen, atrapan, que las palabras nos arrinconan, que las palabras nos rodean el alma, y pensaba que a partir de un momento o encontramos nuestras almas o las perdemos.
Y pensaba que la vida de Ella estaba en un nuevo camino, en la historia dentro de la historia.
Pensaba y recordaba una vieja canción que decía “Pensaba…. Que si volviera a nacer, si empezara de nuevo volvería a buscarte en mi nave del tiempo, y que es el destino quine nos lleva y nos guía, que nos separa y nos une a través de la vida…”; y pensaba que es el destino quien nos lleva, pensaba, si ¿será el destino quien nos guía? Pensaba, como siempre que si volviera a nacer, que si todo empezara de nuevo volvería hacia atrás, a buscarte en una nave del tiempo, ¿cómo? no lo sé, solo sé que lo sé, y es que sólo sé que no sé si es el destino que nos lleva, si el destino que nos guía…
Pensaba… Cuando alguien que de verdad necesita algo, lo encuentra, no es la casualidad quien lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello. Y pensaba, en la tarde esa de septiembre, con el invierno replegándose y buscábamos un rincón nuevo en las terrazas de los bares, con la sensación de un encuentro reencuentro, de cosas que decir, de cosas que contar, de cosas sin hablar, sin que el silencio sea incómodo. Y era un viernes de septiembre, un septiembre empezando a consumirse desde la mitad, un septiembre con intermitentes lluvias de septiembre, para que no resulte desconocido… Y un viernes más, no cualquier viernes, llegaba un viernes de Conversaciones, con otra cadencia tal vez pero más poderosas más profundas conversaciones, aún sin que abunden palabras. Y ese mediodía de sol de viernes caminábamos con el misterioso Señor M, en busca de su café favorito, y sus meditaciones felinas a flor de piel, ¿sabes? Me dice mirando con esos raros ojos felinos, su eterno traje negro como si fuera su piel casi, ¿sabes? “en un momento nos enseñan que un círculo es redondo, nos enseñan que un cuadrado es una figura geométrica de cuatro lados iguales, nos enseñaron que las cosas se miden con una regla y un compás, nos enseñaron también que para encontrar la respuesta a la pregunta alcanzaba con hacer la suma correcta, pero…”, él hablaba con esa forma rara que tiene de decir, como una transmisión telepática, no habla pero transmite el Señor M diría, entre el humo de su cigarro, ahí al sol en la terraza de ese bar, con su inseparable café y su mágica rosa blanca que le ofrenda cada viernes al sol, la florista de siempre en la puerta al entrar y es viernes, el día de las conversaciones, y el misterio del Señor M, su mirada felina, su traje negro y su flor en el ojal, y eso que me había dicho a media voz la florista, que lo había visto andar en la noche, solo, hace unos días caminando bajo la lluvia, mojándose sin prisa, otro de los misterios del Señor M tal vez, y en esa forma rara de decir y mirar me dice “¿sabes? Creo que muchos, muchos de nosotros creemos en la figura y la fuerza del destino, una cosa así como que existe algo para lo que ya estamos destinados o hemos nacido para ello… que piensas?” “¿qué piensas de esa otra Ella dentro de la historia de Ella?, una figura indescifrablemente descifrable, como si fuera una cinta de Moebius, ¿Qué me dices?”
Y pensaba en algo que me había dicho Ella en alguna noche de Conversaciones “… y que sentirnos uno solo, con las palabras que nunca dejaran de brotar y arman cada día nuevas historias como laberintos gigantes, enormes, donde solo hay magia y soltarse por esos lugares nuevos, desconocidos, deseados como una corriente que arrastra al infinito cuando el viento sopla fuerte…”
Y ya la noche nos lleva… nos lleva adonde lleva la noche siempre, una nueva noche de conversaciones flota en el aire, el poder de los fresnos y su fuerza ya se deja ver, las calles siguen vacías casi y las ultimas abruptas nieblas del invierno bajan al suelo, una nueva noche sin tiempo se eleva, se va el invierno y es un viernes único, otro viernes de Conversaciones, cuando lo real parece que siempre va más allá de lo que podamos imaginar, que la verdadera vida tiene lugar en nuestro interior… el interior del interior, que las historias solo suceden a quienes son capaces de contarlas.
Donde danzan los sueños
Un relato de Gladys Ceriani
….uno allá, otro más allá y esa línea delgada y luminosa separa un principio sin final donde todo está en movimiento, pero, justo ahí hay sosiego, ahí donde nace el infinito, donde se ha llorado la primer gota de mar, donde esperan las palabras nunca escritas, donde se curan las angustias del alma y se derriban muros, en ese instante donde se desordena el latir y a esa hora exacta se convierte en un principio sin final y los sueños se hacen realidad y van más allá, momentos que no se pierden en el tiempo, ese tiempo al que le faltan días y noches.
Divagues sin divagar, dos puntos en el universo buscando lo inexplicable y ahí está el escenario y la escena comienza, es posible cruzar la línea y que suceda la magia?
Puedo observar una y otra vez esa escena, puedo escuchar el silencio que la envuelve, puedo ver ángeles y demonios haciendo una tregua, sellando un pacto, hay una brisa suspendida donde reina la calma y todo alrededor se vuelve respirable, el sol del mediodía decidido a estar presente… puede que todo sea real?
Los pasos andan y desandan el camino atravesando la cordura… o la locura?, nada sucede dos veces, no hay marcha atrás, desde ese momento el paisaje cambia, ya no hay distancia y resplandecen… Y es magia, todo alrededor desaparece, nada va a evitar ese instante… y su voz se reduce a un susurro que arrincona, su mirada cómplice son espejos del alma, solo sonrieron.
Puedo recordar algo que había olvidado, algo escrito antes entre papeles… “la hora de los grises esas horas donde no es de noche ni de día” …y puedo sentir que hay otras horas, otros tiempos, otras historias, otros comienzos, otras coincidencias, otros encuentros y otras maneras de sorprender la hora de los grises, con un principio sin final donde danzan los sueños y no un final con un nuevo principio. Muy lejos de la perfección entre luces y sombras, entre la calma y el caos se pierden hacia las puertas de un infierno... que no hay cielo sin infierno
Puede que escriban una historia y la reescriban una y otra vez, que dibujen sueños cómplices sin que apenas se den cuenta, no sé cómo, ni porque, y entonces mi silencio que se desvanece frente a las hojas en blanco y la búsqueda constante de ese viento sin aviso, de palabras imprecisas, de señales, de incertidumbres, de melodías que atan los cabos de la cuerda como locuras en vuelo y el universo se queda callado…quizás…
Gladys Ceriani
Desde algun lugar del tiempo
Sept 17 Gral Las Heras BA Argentina
Buscamos…
Y se camina, se busca y se espera… y no es que no existan las casualidades, simplemente, cuando alguien busca algo siempre lo encuentra. Es el deseo de la persona lo que hace que las cosas sucedan, su necesidad lo lleva a ello…
Qué crees?
Y sentirnos uno, uno solo, con las palabras que nunca dejaran de brotar y arman cada día nuevas historias como laberintos gigantes, enormes, donde solo hay magia y soltarse por esos lugares nuevos, desconocidos, deseados como una corriente que arrastra al infinito cuando el viento sopla fuerte.
Y buscamos… buscamos
Y es posible decir que cuando alguien busca, suele ocurrir que sus ojos solo ven aquello que anda buscando, y ya no logra encontrar nada ni se vuelve receptivo a nada porque solo piensa en lo que busca, porque tiene un objetivo y se halla poseído por él. Buscar significa tener un objetivo, pero encontrar significa ser libre, estar abierto, carecer de obsesiones.
Y buscamos y buscamos… y que hay, que vemos?
Sobre la superficie siempre hay secretos oculto, Y tome esas pequeñas decisiones que se hacen grandes decisiones y me deslice lentamente y sentí que más allá de mis ojos hay un espacio sin límites, sin forma, donde el destino y el libre albedrio se unen con una fuerza poderosa y cuando menos lo esperaba apareció en mi interior ¿una voz quizás? Y se vuelve protagonista de mi propia historia, si tuviese que cambiarla no lo haría ¿será un mundo especial? Solo es posible en un estado audaz, intuitivo y esa unión de dos palabras nunca supuestas de juntarse para formar misterios ya escritos ¿o no? siempre quedan cosas por decir y aún quedan cosas por hacer.
Y buscamos… y buscamos, donde está Ella dentro de Ella, la heroína, el personaje del personaje tan a la vista oculto, como verla caminar…y
Y desde algún lugar del tiempo, desde el infinito camina envuelta en redes con el destino roto. Se acerca, se aleja más imperfecta de lo que parece y la imagina cada noche envolviendo sus alas en tules, en el más callado, oscuro, confuso pensamiento, es difícil guardar distancia, sabe, intuye, siente, el escalofrió de su corazón.
Y…
Entre laberintos indescifrables se desata la intriga de un vaivén donde solo en el mar se puede ver, lo perfecto es inhumano porque lo que importa, no importa y son lo que son, algo en el pasado los hizo así tan diferentes y tan iguales…
Diferentes… Iguales…
Tan diferentes a pesar de respirar el mismo aire y tan iguales sin tener nada en común, tan ajenos el uno al otro, tanto misterio encadenado, tantas horas pasadas, sueños perdidos, mañanas sin atardeceres y tantas palabras suspendidas en el aire como acertijos, se acercan y se alejan entre espacios que invitan a perder la razón, como una paleta de nuevos colores se mezclan, se esfuman formando otros colores sin nombres, como ellos, sin nombres, en un antes y un después, en una búsqueda infinita, una historia sin tiempo, sin moldes, pendiente en el tiempo…
Y que se busca…?
Y en tiempos sin nombres… hay un lugar sin retorno donde se puede desordenar lo ordenado, donde hay un principio sin final, donde las palabras se unen en un solo lugar y es aquí y ahora… Es la invitación a un viaje profundo del pensamiento a ese lugar donde no entra la luz y a veces segura, a veces incierta, siente un soplo que despliegan sus alas y solo la mira amanecer perfectamente imperfecta hacia un camino infinito y la imaginación deja volar palabras nunca dichas, donde perder la razón desestabiliza el universo y se fusionan en dos mundos y tomo su alma.
Y buscamos…
Los silencios se convierten en palabras nunca dichas antes y hablaron desde el alma, de esas cosas que no se ven y solo se sienten, como dos sombras a través de cristales mirando la misma luna brillante, solo conectados en el universo o tal vez como espíritus lejanos viviendo en lugares desconocidos y rodeados de misterios, como el misterioso mar en su ir y venir y el agua y la arena, el agua y el viento, el fuego contra el fuego y bajo el mismo cielo todo se envuelve y dijeron no, pero el si estaba en lo imperfecto por que la perfección nunca será hallada y esa sensación que todo había sucedido alguna vez, alguna vez donde hubo un principio sin final y escribir otra vez.
Y buscamos y vemos que la vida al igual que una raíz y por pequeña que sea la parte que asoma a la superficie, si nos ponemos y tiramos de ella, no para de salir. La conciencia humana vive en profundas sensaciones, percepciones... y tal vez, es enredada, compleja… y hay demasiados elementos poco comprensibles ¿puede ser así? y sabemos que sólo cada uno de nosotros puede conocer sus verdaderos motivos... ¿sabemos?... Tal vez sí, o Incluso puede ser que no los conozcamos. Y podrán ser relatos que se puedan ver como algo llamado relatividad, pero… y entonces surgen mil momentos y posiblemente algunos al revés y con una carga tan intensa como los vientos que soplan las alas que permiten vuelos y llevan a la realidad de un mundo particular, mil momentos, infinitos momentos, que estaban ahí … tal vez, seguramente sí y que a un lado u otro lado y aun en otro de esos mundos es tan real como real sean los deseos, ese andar en el borde y el vacío ahí nomás. Y puede ser que la vida sea una serie de consecuencias de interminables cadenas de sucesos deseados, sentidos, en vuelo hacia lo real… tal vez. Y aquel Bar, el último de los bares brillaba en medio de la noche, una nueva noche, y lentamente se va el invierno, aunque no parezca, sólo perceptible en el avance del poder de los fresnos mudos testigos de todo y es una nueva infinita noche de las Conversaciones casi en el filo del invierno, siempre un viernes único, nunca uno más, el Señor M en la barra del Bar, aquel bar único, mágico, especial, con todos los protagonistas de cada noche en escena y Ella enciende su primer cigarrillo y va en busca de la protagonista de la historia, una historia dentro de otra, la historia de Ella en Ella, casi un título de una historia y ya la noche es noche de las Conversaciones
Y buscamos… y me dices…
….uno allá, otro más allá y esa línea delgada y luminosa separa un principio sin final donde todo está en movimiento, pero, justo ahí hay sosiego, ahí donde nace el infinito, donde se ha llorado la primer gota de mar, donde esperan las palabras nunca escritas, donde se curan las angustias del alma y se derriban muros, en ese instante donde se desordena el latir y a esa hora exacta se convierte en un principio sin final y los sueños se hacen realidad y van más allá, momentos que no se pierden en el tiempo, ese tiempo al que le faltan días y noches.
Y buscamos… buscamos, y vemos, estamos ante la heroína de esa novela tan real, una historia dentro de otra, otra Ella en Ella
Divagues sin divagar, dos puntos en el universo buscando lo inexplicable y ahí está el escenario y la escena comienza, es posible cruzar la línea y que suceda la magia?
Y puede que… una noche, un día cualquiera, como un juego de encontrar una manera de salir del camino y cruzarnos en algún lugar, siempre cerca y a veces lejos, como dos líneas paralelas que parecen rectas al ojo sin tener que dar explicaciones y es siempre cerca, parece lejos y es siempre cerca… Y…
Puedo observar una y otra vez esa escena, puedo escuchar el silencio que la envuelve, puedo ver ángeles y demonios haciendo una tregua, sellando un pacto, hay una brisa suspendida donde reina la calma y todo alrededor se vuelve respirable, el sol del mediodía decidido a estar presente… puede que todo sea real?
Pensaba y pienso que…
Es posible que nuestra existencia sea una sucesión de instantes amarrados entre lo que queda atrás y lo que tenemos por delante… ¿y el alma? Tenemos un alma fuerte? Y… que si tenemos un alma lo bastante fuerte, puede ser que nos saquemos un velo y podremos ver cara a cara una belleza terrible, desnuda, así sin medias tintas y que tal vez sea como una ola gigante que nos arrastra nos retuerce nos escupe en el aire como un dios tal vez… nos consume, nos devora, nos rompe los huesos y luego nos tira a una playa… algún lugar, nos deja así, renacidos… y andamos
Los pasos andan y desandan el camino atravesando la cordura… o la locura? nada sucede dos veces, no hay marcha atrás, desde ese momento el paisaje cambia, ya no hay distancia y resplandecen… Y es magia, todo alrededor desaparece, nada va a evitar ese instante… su voz se reduce a un susurro que arrincona, su mirada cómplice son espejos del alma, solo sonrieron.
Y pensaba en Ella dentro de Ella, en una historia escrita en una historia, la heroína de esa historia
Y Ella, lo seguía pensando en sus sueños, en sus deseos, en sus impenetrables emociones… y se dejaba llevar… y sabía que ni su obsesión ni su olvido serían obstáculo a sus deseos… “Seré la brisa que erice todos tus sentidos, cada vez que el recuerdo de mis besos vengan a tu mente…” Y a veces su mirada era más un exquisito, elocuente faro, donde sobran las palabras… donde dejaremos que los sueños se apoderen del deseo… buscar
Puedo recordar algo que había olvidado, algo escrito antes entre papeles… “la hora de los grises esas horas donde no es de noche ni de día” …y puedo sentir que hay otras horas, otros tiempos, otras historias, otros comienzos, otras coincidencias, otros encuentros y otras maneras de sorprender la hora de los grises, con un principio sin final donde danzan los sueños y no un final con un nuevo principio. Muy lejos de la perfección entre luces y sombras, entre la calma y el caos se pierden hacia las puertas de un infierno... que no hay cielo sin infierno.
Y Ella… Ellos, entonces…
Puede que escriban una historia y la reescriban una y otra vez, que dibujen sueños cómplices sin que apenas se den cuenta, no sé cómo, ni porque, y entonces mi silencio que se desvanece frente a las hojas en blanco y la búsqueda constante de ese viento sin aviso, de palabras imprecisas, de señales, de incertidumbres, de melodías que atan los cabos de la cuerda como locuras en vuelo y el universo se queda callado…quizás.
Pasiones, palabras, deseos, sueños, promesas. Y vemos, que vivimos en un mundo tan cómodo, tal vez… parece que las sensibilidades han languidecido, o parecen flotar en una fina niebla que las oculta, deseos y sueños en la niebla. Existe, tal vez, en lo profundo de la conciencia, una cosa, algo, como un nido, un núcleo, que no es accesible para nosotros mismos, así de una forma directa. Un centro donde moran esos deseos, sueños, pasiones.
Y en un rincón de la barra de aquel Bar, el último de los bares, ensimismado en su cigarro y su trago en la eterna noche el Señor M, y su misterio, el fantasma del viejo Charles B, el del melancólico Jack K y el eterno barman del Bar, como un viejo capitán de barco, como hablando al viento “y cuando trabajas en la barra de un bar comprendes que las palabras no son lo único que se puede leer, que los libros no son lo único donde leer, que al tiempo aprendes a leer en los ojos de la gente” “que se aprende a navegar en las aguas de la vida de las personas y se llega donde el ancla se enreda en las piedras del fondo, donde la arena lo cubre, donde no llega la luz de ningún sol, donde los deseos se convierten en secretos y secretos jamás contados a nadie tendrán ese sabor a sal del mar y es posible que ardan heridas, tal vez…” y… “llega un punto en que poder hablar del color real del mar implica ir más allá de la última boya y es posible que el norte no coincide con la brújula…”
Y Ella lo sabía… en la noche de aquel Bar, ya sin tiempo posible de medir, con la música que transporta el aire, en medio de conversaciones en aquel lugar, templo de divagues, de deseos, de pasiones… de la vida misma.
Y alguien ha dicho por ahí, que no existe en ninguna parte del mundo real nada tan bello como lo son las fantasías que guarda quien ha extraviado la cordura… y a veces la gente lo llama amor… Y a veces, deseos, y sueños en la niebla y pasiones, y surgen brotes de esperanzas, y parece que el corazón se aprovecha y empieza a actuar por sí solo. Y como he leído alguna vez, acerca de que el corazón de las personas es algo como un profundo pozo… profundo, donde nadie logra saber lo que hay en ese fondo, y no queda más que poder imaginar la forma de algunas cosas, que a veces suben a la superficie. Y la noche en aquel Bar, el último de los bares, siempre con esa percepción que llega a su punto culminante, pero es que ese lugar no tiene límites ni puntos culminantes, ese lugar de vuelo libre de las pasiones, de los deseos y de conversaciones cruzadas como todos los caminos que se cruzan y van tejiendo la vida, la música lo envuelve todo y lo sostiene todo… y Ella encendiendo tal vez el último cigarrillo de la noche sin final me dice “Y la pregunta latente siempre es una ¿y mientras tanto?, y el mientras tanto será el incansable pulso de vivir, sin descanso; y no saber dónde estaba aquella conexión, que formaba parte de una mágica sensación como una visión en algún lugar en el tiempo, atrás, como un instante, solo un instante suficiente, y sin descanso, donde cada instante uno tras otro podrían ser una hora sagrada o infinitas horas sagradas deseadas y será posible sentir el momento, donde estaba esa visión como un centro y percibir en el aire que con permiso de los hilos del destino o incluso sin él, y sentir que este es el momento, que aún estamos a tiempo y es, solo es.” Y así de manera muy calma aunque no parezca, las palabras empezaron a volar de su interior, en el mismo instante que el brillo de sus pupilas se volvía más intenso en el final de esa noche con el invierno en retirada y otro viernes vuela en la noche entre los últimos tragos de los amigos de siempre de la barra de aquel Bar, donde Miles Davis y su “Kind of Blue” todo lo envuelve, y la noche que nunca se retira, en medio de sensaciones, percepciones de almas en vuelo que se tocan se unen se miran con los fresnos mudos testigos, a un lado y otro de la calle que no separa sino que une y no se encuentra la palabra exacta, cuando es el destino quien nos une y nos guía… como hablar si no has llegado por casualidad… como hablar…
Gladys Ceriani José Luis San Román
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Si volviera a nacer, si empezara de nuevo
Volvería a buscarte en mi nave del tiempo
Es el destino quien nos lleva y nos guia
Nos separa y nos une a traves de la vida
Cómo hablar?
Si cada parte de mi mente es tuya
Y si no encuentro la palabra exacta, como hablar?
Como decirte que me has ganado poquito a poco?
Tu que llegaste por casualidad, como hablar?
Textos: Gladys Ceriani José Luis San Román
LobosMagazine LM™ 2021
EDITOR: JOSÉ LUIS SAN ROMÁN
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