Él, muchas veces se sintió tentado de dejarse vencer por las miradas lascivas de Susana. Hasta que Carla llegó a su vida.
Nunca seremos capaces de establecer con seguridad en qué medida nuestras relaciones con los demás son producto de nuestros sentimientos, amor, desamor, bondad o maldad, y hasta qué punto son el resultado de la relación de fuerzas existente entre ellos y nosotros. Igualmente, él seguía con ese miedo imperceptible, de esa pregunta fatal, al final de todo… “en que piensas?”. Tal vez eso de que todas las cosas, todas las personas aparecen disfrazadas. Y que tal vez había llegado hasta ella por una rara cadena de casualidades.
Cap 6
Carla, Carlos y un lunes inédito
José Pepe Juliá
Lunes. El día de la semana con mala prensa, diría Carlos. Él, adicto a las estadísticas, tiene registrado el alto porcentaje de negatividad del primer día laboral: el 99 y pico por ciento.
En el pico que falta para el ciento total está Carla, haciendo uso del dicho popular que afirma que cuantas más diferencias hay en una pareja, más longeva será su existencia como tal. Para ella el lunes es su día insignia. Carlos lo tiene bien registrado. Ella cada tanto le recuerda los pergaminos que tienen sus lunes: El lunes 15 de abril de hace 26 años fue cuando su madre le abrió la puerta para salir a vivir. Un lunes se convirtió en señorita cuando se exteriorizaron sus hormonas. Un lunes fue su primera vez, aunque no lo quiere recordar con detalles. En la vida real las cosas no siempre pasan como en las novelas románticas. A Carlos lo conoció un lunes y se lo apropió esa misma noche. Por último, para reforzar su adoración a los lunes, ese día hace un mes atrás fue cuando con Eugenia y Olga, sus dos mejores amigas, decidieron que ya era tiempo de empezar a diagramar una revista dedicada a la equidad, la libertad y el empoderamiento de la mujer combatiendo al patriarcado machista como afirma Olga, que por tener título habilitante se dedicará a la parte periodística.
A que se reconozca el esfuerzo desigual con que se trata a la mujer tanto en lo que concierne a su vida en la sociedad como en el dormitorio cuando no se duerme, como propone Eugenia, sexóloga diplomada, dedicando sus conocimientos a lo que al amor se refiere.
O simplemente un pasatiempo para mujeres que realmente ya saben lo que quieren y cuando lo quieren, como piensa Carla, que se dedicará a la sección “Mujeres en Tiempo Real”, siempre apoyada en sus pies sobre la tierra. De allí que a esto lo toma como una entrada extra, sin descuidar su trabajo de publicista.
“Luchar por la igualdad”, piensa Carla. “Eugenia y Olga si no fuera por el apoyo económico de sus maridos, no tendrían tanto tiempo para la lucha”, cierra su pensamiento esbozando una sonrisa ya en el subte de regreso a casa. Las quiere mucho y las acepta tal como son. Sentimiento recíproco entre las tres. El tiempo que llevan cultivando esta amistad se remonta a la primaria, se extendió a la secundaria y se bifurcó en la Facultad, pero siempre se las ingeniaron para mantenerse unidas.
La revista que en un principio fue pensada como semanal, pasó a quincenal y finalmente se publicará en forma mensual, debido a los costos en dólares fluctuantes como la realidad. Estaría, editorialmente hablando, entre las que se dedican a las estrellas del espectáculo. Mostrando sus cuerpos semidesnudos y completamente siliconados bronceándose en islas paradisíacas y los pasquines que muestran los escandaletes de entrecasa de la farándula berreta. El punto medio entre una cosa y la otra. Reportajes a celebridades pasajeras. Cuestionarios a amas de casa. A deportistas destacadas y próximas a destacarse. Consejos y formas de desenvolverse en situaciones incómodas. Estupideces del momento y boludeces del pasado. Carla, con su forma tan particular de ver la vida, le daría su toque personal, señalando sutilmente que está más allá de la demostración de equivalencia con el hombre. Sabe que el esfuerzo para llegar a una igualdad no lo tiene que realizar precisamente el mal catalogado “sexo débil”.
Carla además se encarga de la delicada y trabajosa misión de convencer y persuadir a auspiciantes que sostengan la idea, la edición y el mantenimiento estructural del “Nuevo Medio de Comunicación”. Su esfuerzo en conseguir apoyo financiero equipararía el ingreso monetario que los “Nuevos Hombres” de Eugenia y Olga aportarán desinteresadamente al producto final para que ellas se crean independientes.
La reunión que hoy tuvieron en la casa de Olga para apurar trámites y contenidos, tuvo su momento culmine cuando Eugenia les mostró un video relacionado con lo que es su profesión: Enseñar a tener buen sexo. A medio camino entre un estudio de la conducta del cuerpo humano masculino y una simple película triple X. Las tres quedaron en estado de entusiasta efervescencia. Su sonrisa se iluminó en las profundidades del subte, cuando recordó lo cerca que estaría de su hombre por la noche. Eugenia tiene al suyo a miles de kilómetros en viaje de negocios y Olga tendrá que esperar el regreso de su pareja de un simposio médico, recién la semana que viene.
Al lunes de Carlos le sobra lo que le faltó siempre a Carlos: voluntad para enfrentarlo. Después del fin de semana como papá tiempo completo de Rocío, las últimas horas del domingo se le antojan superfluas al no contar con la voz chillona y aguda que suelen tener las niñas a los tres años. Y empieza a extrañarla hasta el próximo sábado sabiendo que el novio de su ex tiene más horas compartidas con su hija durante la semana.
Cuenta con la imponderable compañía de Carla en el complicado hecho de convivir con su hija en el tiempo en que cualquier pareja quisiera disfrutar a solas. Ella fue clara desde el principio: “Amor para compartir hasta que haya amor, pero con el tema bebés, olvidate Carlos”, le dijo una noche de invierno propicia para dormir “haciendo cucharita”, cuando él inocentemente le insinuó que tiempo tendría que pasar para que su hija tuviera un hermano.
—Con Rocío es suficiente— le había respondido.
—Por ahora— dijo él.
Y la conversación entre pijamas de frisa, frazada y acolchado extra tuvo un final con temperatura veraniega cuando Carla, abierta y directamente lo desarmó con un: “El hermanito se lo podría dar su mamá ¿Querés que hable con tu ex? ¿Cuánto tiempo lleva en pareja con su jefe?”
Desde esa noche el tema quedó en “Pausa” en el aparato de él. En “Off” en el de ella.
Carlos con los lunes tiene una carga de nerviosidad que se va diluyendo con el correr de las horas y a medida que su trabajo fluye. Es organizado y meticuloso. Corrige una y otra vez el texto con el cual, mañana como todos los martes, en la sección “Economía”, intentará esclarecer lo que pasa en el mundo con la Macroeconomía para que el vulgar de la gente acierte como manejarse con su microeconomía terrenal. Si bien el diario para el cual trabaja, no es uno de los más leídos, él siente un cosquilleo en el estómago cuando los martes, con el periódico en sus manos busca arrebatadamente la sección en que su firma cierra la nota de economía. Colabora en otras secciones del diario. En “Deportes”, avalado por su paso sin suerte en divisiones inferiores de clubes de Segunda División y contribuye en “Espectáculos”, al haber sido un mediocre alumno del maestro Lito Cruz, pero allí utiliza seudónimos para inflar el staf del periódico y evitar que se desinfle su bien ganado prestigio de joven economista.
En su escritorio enfrentado al de Susana, la encargada de “Mujeres”, se deleita con el perfume que ella se encarga estratégicamente de esparcir a su paso cada vez que aparece con el propósito de ser el centro de atención. Al ser la única dama de la redacción lo consigue sin mucho esfuerzo. Su voluptuosidad y sus minifaldas sin tener en cuenta las estaciones del año, la colocan en el umbral de la puerta de la lujuria y el deseo de sus compañeros. Ella lo sabe y exhibe la llave con sonrisa ganadora. Carlos muchas veces se sintió tentado de dejarse vencer por las miradas lascivas de Susana. Hasta que Carla llegó a su vida. Desde ese momento Susana pasó a ser para él simplemente la encargada de la sección “Mujeres”. Y para Susana, Carlos pasó a ser la nueva medalla que quiere colgarse en su delicado cuello.
Hoy Susana se había esmerado más con su maquillaje. La mínima vestimenta elegida para acompañar a su jefe a un evento con prestigiosos Chefs para promocionar una marca de electrodomésticos, dejó a todo el plantel masculino envidiando a su superior.
— Justo a una convención de cocineros. Si está para comérsela cruda. Como si fuera un sushi. Un ceviche. Un carpaccio—le susurró Aníbal desde su escritorio ubicado a la derecha del suyo. Carlos alcanzó a ver un hilo baboso escurriéndose por su boca. Y se imaginó cuantas Susanas entrarían en la panza desproporcionada de Aníbal. El Gordo como cariñosa y agresivamente lo llaman, no se cansa de repetirle lo boludo que es al no hincarle el diente a la que siempre se le insinúa sensual y provocativa.
El lunes de Carlos termina con una cuota inusual de adrenalina erótica. Las largas piernas de Susana, hoy más expuestas que de costumbre. Su perfume importado. El beso de despedida que le estampó, con riesgo de rouge indeleble, en la mejilla. El susurro con voz aniñada a dos centímetros de su oreja “Hasta mañana señor”. El guiño cómplice y el regalar otro beso estirando hasta el más allá sus labios cuando se retiraba detrás de su jefe, logró despertar hormonas que generalmente los lunes ni siquiera se desperezan en su anatomía.
Camino a casa, se preguntó qué estrategia podría elucubrar, sin herir la femineidad de Carla, para poder sumergirse juntos en el océano profundo del amor, olvidándose que hoy es lunes. Le propondría olvidarse, sin ofenderla, que los lunes también existen para encontrarse desnudos y perderse entre las sábanas.
En casa Carla ya puso la mesa. Hoy se le dio por encender velas en el candelabro que tienen como adorno sobre un mueble.
Ella decidió esperar a Carlos sensualmente vestida y sin ropa interior.
José Pepe Juliá
Los Cuentos de Pepe 2018
“ … me das una pasión que yo no espero
Y no me importa nada
Si…,Juegas a engañarme?
Escucho lo que dices
Acerca del amor y del deseo
Y no me importa nada
… o si?
Juegas a tenerme
Y juego a que lo creas
Si juegas a olvidarme?
Yo juego a que creas que me importa
Conozco la jugada…”
LobosMagazine 2018