La voz feminista del Soul se ha ido. "Todo lo que quiero es un poco de respeto" cantaba con desgarro cuando interpretaba Respect, el ícono-himno del feminismo entonces.
Aretha Franklin la Reina del Soul
La cantante se había retirado el año pasado por recomendación médica y se encontraba en estado muy grave
El trono del soul está huérfano y será muy difícil que alguien pueda ocuparlo. La reina ha muerto. Aretha Franklin ha fallecido en Detroit, la ciudad a la que amó, rodeada de una familia que durante los últimos días le han podido transmitir el cariño y el respeto de los millones de seguidores que atesoraba por todo el mundo. “La artista más grande de todos los tiempos” (bautizada así por la revista Rolling Stone) deja atrás más de seis décadas de música, 75 millones de discos vendidos, 18 premios Grammy conseguidos y el mérito de haber llevado 77 singles entre los cien primeros de la lista Billboard.
Unos números estratosféricos que nacieron en la iglesia, en esa cantera infinita que son los templos a los que acuden millones de afroamericanos cada fin de semana. La propia Aretha decía que esa exposición al público desde tan jóvenes, era el mejor entrenamiento para los cantantes. Ella lo vivió desde la cuna. Nacida en Memphis (1942), cuando apenas tenía cuatro años se mudó a Detroit. A su padre, el reverendo Clarence LaVaughn Franklin, le habían designado como pastor de una nueva iglesia bautista de la ciudad, que años más tarde se convertiría en uno de los centros de la lucha por los derechos civiles. Allí, el reverendo observó que su pequeña valía para la música y empezó a cantar con el coro. “Los fines de semana podía ganar 50 dólares recorriendo el país por diferentes iglesias”, decía la cantante.
Se empapó de toda esa música, de las voces de Ella Fitzgerald y Dinah Richardson. Era una joven prodigio que a los 14 años ya había grabado su primer disco ('The Gospel Soul Of Aretha Franklin'); en el plano personal, con 17 años era ya madre de dos pequeños que se quedaron con su familia mientras iniciaba su carrera musical. Curiosamente, en 1961 firmó su primer contrato profesional con Columbia, no con la Motown de su ciudad de acogida. En el sello quisieron centrarla más en el jazz, a lo que ella nunca se acopló. Fueron un lustro de tiras y aflojas, con intermedios, hasta que en 1966 arregla con Atlantic Records. En apenas cuatro años se convierte en la reina del soul. Publica dos singles casi de forma consecutiva: 'I Never Loved A Man (The Way I Love You)' y 'Respect', la canción que Ottis Redding había grabado dos años antes, que Franklin convirtió en número uno y con el que ganó sus dos primeros premios Grammy.
Los dos singles formaron parte del disco 'I Never Loved A Man The Way I Love You', que salió a la venta en 1967. Ese mismo año publicó 'Aretha aririves', con una versión de '(I Can't Get No) Satisfaction' de The Rolling Stones. Los británicos son admiradores confesos de una de las grandes damas de la música negra, que versionó veinte años más tarde 'Jumpin' Jack Flash' de la mano de Keith Richards.
Franklin tenía un ritmo frenético. Un año más tarde, en enero de 1968, publica “Lady soul”, con una impresionante versión de “A Natural Woman” de Carole King. Colabora con Eric Clapton, Ray Charles, James Brown... y solo seis meses después llega a las disquerías, “Aretha Now” con éxitos como “Think” (escrita por la propia Franklin), “I Say a Little Prayer”, “Chain Of Fools” o “I Can't See Myself Leaving You”.
En la década de los setenta prosigue con sus versiones (Beatles incluidos o Spanish Harlem), convirtiéndolas en algo propio con ese torrente de voz que cuidó durante seis décadas. Además, se atreve con un disco en vivo, “Aretha Live At Filmore West” (1971) y con otro trabajo de gospel: “Amazing Gospel” (1972). Poco a poco abandona el soul tradicional para abrazar la música disco de esa época. Las giras son interminables, pero casi siempre por Norteamérica. En muy pocas ocasiones se presenta fuera de Estados Unidos y Canadá. Algunas actuaciones en Londres y en el festival de Montreaux (1971). El Festival de Jazz de Vittoria estuvo a punto de llevarla en 1982, pero la diva se negó. Su miedo a volar la superaba.
Aretha acepta el reto de participar con los Blues Brothers en “Granujas a todo ritmo” con su “Think”, casi dos décadas repetiría experiencia en “Blues Brothers 2000” y “Respect”. Entre las dos cintas, acercamientos al pop –en dúo junto a George Michael para cantar “I Knew You Were Waiting (For Me)”-, se convirtió en la primera mujer en ser incluida en el Salón de la Fama del Rock and Roll (1987), más tiempos de descanso, menos discos con temas originales y sendas actuaciones en las dos tomas de posesión de Bill Clinton. Demócrata confesa, también actúo ante Barack Obama en 2009. “Fue histórico. El primer presidente negro”, dijo emocionada.
Durante sus últimos años publicó recopilatorios y un disco en el que homenajeaba a grandes divas de la música. Pero en febrero de 2017, dijo basta. Solo realizaría actuaciones muy selectas para librar seis meses al año para pasar más tiempo con sus nietos y por los problemas de salud nunca confesados. Durante 2010, 2011 y 2013, canceló varios conciertos debido a un problema de salud. Se habló de cáncer de páncreas, aunque la artista nunca lo confirmó. Solo informó de que se le había extirpado un tumor.
“Me siento muy enriquecida y satisfecha con respecto a mi carrera y dónde está ahora, aunque es un momento agridulce”, explicó Franklin al periodista Evrod Cassimy de la cadena Local 4 de Detroit, la ciudad que amó este “regalo de Dios”. Larga vida al Soul.
LobosMagazine 2018