El sistema político argentino se basa en el robo, el engaño, la corrupción y la idiotización de los ciudadanos. No a todos ! Dirá usted. Es cierto, no a todos. Aún nos quedan esperanzas.
Fotografía: escena de la película Todos los Hombres del Presidente (el Caso Watergate) 1976. Robert Redford y Dustin Hoffman - Director: Alan Pakula
Corrupción... "el Caso Watergate más actual que nunca"
La reciente reedición el año pasado (2017) de “Todos los Hombres del Presidente”, de Bob Woodward y Carl Bernstein, todo un clásico del periodismo, con un epílogo escrito por los autores en 2012, cobra, una imprevista actualidad. Se trata de la investigación llevada a cabo por los dos periodistas de The Washington Post, que logró develar los manejos de un poder que se creía impune. Todo comenzó con una llamada intempestiva:
“El día 17 de junio de 1972, un sábado por la mañana, eran las 9:00. Demasiado temprano para él; Woodward a tientas alcanza su teléfono en la mesa de luz y termina de despertarse. Era el Jefe de Redacción de la sección nacional de The Washington Post, Barry Sussman, al otro lado de la línea. Cinco hombres habían sido detenidos esa madrugada dentro de la sede central del Partido Demócrata llevando con ellos equipos fotográficos y una serie de instrumental y equipos electrónicos. ¿Puedes ir a la redacción para hacerte cargo del asunto?
La película es la constatación de que el medio es el mensaje, de que la solidez intelectual de Nixon no tiene nada que hacer frente a los nuevos tiempos mediáticos. El frívolo superficial, joven, guapo, Frost-“Kennedy” vence al consistente, pétreo, denso Nixon. Por muchas precauciones que éste haya tomado, aunque intente desquitarse intentando controlar los mecanismos del medio que lo ha derrotado, su esencia no se acopla al nuevo formato. No obstante, lucha dignamente y está a punto de salir airoso, pero paradójicamente, cuando Frost asume las armas de su oponente (trabajo, preparación, “profundidad”) e incluso una convicción de periodista de raza, de la que ha carecido, que busca denodadamente hallar la “verdad”, es entonces cuando consigue doblegar a su adversario y hacerle decir lo indecible, aquello que el pueblo americano no admite: LA MENTIRA, el uso fraudulento de los resortes del poder en beneficio propio.
Escena: El Desafío Frost-Nixon - Director: Ron Howard (2009)
En 1977, tres años después del escándalo Watergate que terminó con su presidencia, Richard Nixon selecciona a la personalidad de la televisión británica David Frost para realizar una entrevista exclusiva. A pesar de que Nixon cree que será fácil manejar a Frost; y que el propio equipo del periodista duda que su jefe pueda soportar al ex presidente. Y el resultado es una entrevista inesperadamente reveladora ante la opinión pública.
El sistema político argentino se basa en el robo, el engaño, la corrupción y la idiotización de los ciudadanos. No a todos dirá usted, si es cierto, no a todos.
La “clase política”, de este sistema de partidos de la antipolítica, porque es eso, la antipolítica encaramada en partidos políticos; ha conseguido legalizar el hurto, institucionalizando y legitimando un sistema fiscal profundamente injusto y absurdamente ineficiente. El único fin de todo el cuerpo institucional legal en que se soporta el sistema es en la financiación del “estado” como órgano que ostenta el monopolio del poder, en el que abrevan y se sirven lo que queda de los virósico-famélicos partidos políticos; con la misión y fin de alternarse en la promoción y fomento del clientelismo, ciego, sordo y mudo, lo que es una herramienta fundamental para hacer desaparecer el sustento de los valores y soporte de la pseudodemocracia en que “vivimos los hombres felices”. Cada vez más pobreza, cada vez menos libres, pero satisfechos de “nuestros logros sociales”. ¿Satisfechos? Se pregunta usted. Ningún servicio del “estado” satisface las necesidades de nadie. El receptor de una ayuda social apenas puede vivir de ella, no digamos ya crecer y desarrollarse como individuo. El receptor de asistencia sanitario sabe en muchos casos que otra medicina, cirugía es posible y mejor. El escolar no sólo ve cómo se coarta su individualidad, apenas recibe más información de la necesaria para mejor poder ser integrado en un sistema social de mediocridad obediente. Y todos ellos a un precio fantástico e impagable, cuyas consecuencias trasladamos irresponsablemente a las futuras generaciones, vía deuda pública.
La “clase política” ha conseguido diseñar mediante lo que ellos llaman sistema democrático, sistema electoral, sistema de partidos políticos, “una cosa” como un sistema alienígena de “estado” en el que mentir en campaña electoral para obtener votos no tiene nunca consecuencias. La prevaricación, el nepotismo y el abuso de poder no son constitutivos de delito si se hacen desde las instancias democráticamente legitimadas. ¿Cómo es esto posible? Bueno…, una de las “obras maestras” de una clase política es la “integración” de poderes “legislativo-ejecutivo-judicial”. Esta descripción en una sociedad civilizada recibiría la calificación de “justicia cautiva” “justicia secuestrada”, de lo que se desprenden el “bananerismo”, totalitarismo, fascismo, impunidad,…. Algunos miembros de la justicia, la mayoría, que no sólo son víctimas de ese “juego”, son apartados, segregados no en el sentido de cómo aplican la ley, sino más precisamente en función de cómo interpretan las leyes. Se sabe que la jurisprudencia está llena de juicios de valor y totalmente huérfana de valor en los juicios. Y así, entonces, maniatados, “secuestrados” por los intereses de los partidos; incapaces de medrar profesionalmente fuera del ámbito de influencia de ésta (la “justicia”) o de tal o cual “partido político”, los jueces (ese tipo de jueces) pasan a formar parte indisoluble del propio sistema. Y qué pasa con el ciudadano?... ¿qué pasa? Pues que queda indefenso ante la arbitrariedad de la “acción política”. Engañan a todos, nos engañan, lo sabemos, pero no puede la ciudadanía hacer nada… No puede? No podemos?…Seguro?
Esa llamada “clase política”, que ha colonizado los partidos políticos en su gran mayoría, ha sabido o podido dotarse de un sistema en el que no se darían casos de corrupción. Porque el sistema es corrupto en sí mismo. Los cambios, reformas a la Ley de Partidos Políticos, la última es del año 2009, de la cual la ciudadanía es víctima actualmente. “La nueva política”, recuerda? Reformas, sistemas de financiamiento, disposiciones referidas a subvenciones de éstos, sindicatos, alcaldes/intendentes, concejales, diputados, senadores, secretarios de estado, asesores, etc, etc; conforman un sistema legal diseñado para desviar del bolsillo de los ciudadanos los medios económicos que necesitan para la subsistencia de esa “casta”. Favores, amiguismo, derroche, el prevaricato, son intrínsecos, inseparables a estos sistemas públicos, o privados, basados en la coacción y el monopolio. De todo esto, los ciudadanos son parte cautiva del sistema:
* Sin preguntar o consultar convierten a los ciudadanos de “Este País” sometidos a un contrato social/constitucional, que ni se lee ni se firma.
* Cuando hay un “lugarcito”, si se muere alguien por ejemplo, se necesita nuevo cliente, y se permite acceder al aparato estatal convirtiéndolos en parte interesada de su mantenimiento.
* Convierten a los ciudadanos en clientes obligatorios de lo que llaman “servicios públicos”: energía de pésima calidad y cara, transportes públicos obsoletos y patéticos, escuelas denigradas y apenas subsistiendo, hospitales lastimosos y saqueados, degradación de los espacios públicos, etc.
Tal vez haya quien crea o piense que se puede “hacer de otra manera”, bien, o paga dos veces o termina descubriendo como se siente uno en una comisaría, más allá de lo que suponga, viendo un nuevo capítulo de Criminal Minds.
Y ahora?... podría pensar, podríamos pensar? Qué hacer para salir de esta trampa? Y ser una Nación.
El sistema político argentino se basa en el robo, el engaño, la corrupción y la idiotización de los ciudadanos. No a todos!! Dirá usted. Es cierto, no a todos. Aún nos quedan esperanzas.
LobosMagazine 2018