Fernando Alonso, Kazuki Nakajima y Sebastien Buemi se hicieron con la victoria de las 24 Horas de Le Mans 2018 tras un sensacional relevo del español por la noche y un duelo hasta la mañana con sus compañeros.
24 Horas de Le Mans – 86° edición 2018
Alonso y Toyota ya son leyenda
Por Sergio Lillo
16 / 17 jun 2018
Desde Le Mans ( 10:00 hs Argentina)
Le Mans (Francia).- En 1985, en Toyota costaba soñar con ganar Le Mans, era su debut con el 85C-L, motor cuatro cilindros y 2000 cc. También era complicado creer que un pequeño Fernando Alonso, que aún no había cumplido los cuatro años, algún día entraría en la leyenda de la mítica carrera para siempre. Arrasando durante la noche de Le Mans, ante más de 250.000 aficionados, este fin de semana de junio.
La esperanza se volvió quimera en los últimos años, cuando múltiples problemas técnicos golpearon sin misericordia al fabricante japonés. Pero la esperanza volvió con el nombre de Fernando Alonso, que decidió embarcarse en el proyecto a finales de 2017 y todo empezó a fluir. El español aportó sus conocimientos técnicos y experiencia obtenida a lo largo de 16 temporadas de Fórmula 1 y todos remaron hacia un mismo objetivo: ganar las 24 Horas de Le Mans.
Y el sueño se cumplió este domingo, tras un relevo impresionante del español durante las primeras horas de la noche, lo que llevó a recortar en 2 horas 30 minutos más de 1:30 sobre el otro Toyota número 7 conducido por el argentino José María Pechito López que se mostró sorprendido del ritmo de su compañero tras bajarse del auto y poner rumbo a un descanso.
La constancia y el ritmo imparable de Alonso le pusieron en bandeja de plata a Nakajima el ataque final al otro auto gemelo. El japonés no dudó y superó a su compatriota Kobayashi, cuando el alba empezaba a despuntar en la campiña, en la comuna de Arnage y los motores rugían en el legendario, somnoliento circuito de La Sarthe.
A partir de ahí, el ritmo del poleman y los safety car que llegaron cuando el sol ya se abría paso entre los árboles del bosque de la gran recta de Hunaudieres, la recta de leyenda; colocaron a Alonso con 1.36 de ventaja respecto al auto 7. El español se dedicó a gestionar la diferencia de 40 segundos tras tomar el relevo de Buemi y se aprovechó de varias zonas lentas y dos autos de seguridad para cederle el tramo final a Nakajima a poco más de horas para el final. Alonso se bajó, ya casi victorioso, tras haber conducido durante más de ocho horas.
El último tramo de carrera no estuvo exento de algún pequeño “paro cardíaco”, como el de Kobayashi, encargado de llevar el auto 7 hasta el final, que a 1h37 de la bandera a cuadros, se pasó de largo la entrada a boxes y completó una vuelta más de las permitidas por relevo (11), consumiendo también más de la cuenta. Aunque llegó tras rodar a 80 km/h en las largas rectas de La Sarthe, los comisarios le impusieron dos stop and go de 10 segundos cada uno. Y la distancia con sus compañeros líderes dictó sentencia.
Esta vez nada falló el TS050 Hybrid de Toyota, sometido a pruebas estilo NASA desde la pretemporada invernal. Y así, Le Mans decidió, finalmente, concederle a Toyota la ansiada victoria, la primera para una marca japonesa desde aquel Mazda 787B de locura en 1991. Curiosamente, ningún piloto japonés conducía aquel prototipo, no así esta vez: Nakajima cruzó triunfante una recta de meta entregada con banderas asturianas españolas y con un piloto que entra en los anales de la historia automovilística. Alonso así, se une a Marc Gené (Peugeot, 2009) como el único español en haber ganado la general de Le Mans.
Llegó el momento que estaban esperando desde hace muchísimos años. Toyota ya puede presumir de haber ganado las 24 Horas de Le Mans y de haberlo hecho con dominio absoluto. La minuciosa preparación llevada a cabo durante la pretemporada ha surtido sus efectos y el TS050 Hybrid ha podido volar sobre el circuito de La Sarthe.
LobosMagazine 2018
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