Daniel Ricciardo consiguió en China la sexta victoria de su carrera deportiva en Fórmula 1
Increíble victoria de Ricciardo
Por Sergio Martínez
Desde Shangai
El punto de inflexión lo marcaron 60 segundos de diferencia. Exactamente los que permitieron al piloto poder participar en F1 Grand Prix China
clasificación, marcando el comienzo de un triunfo de ensueño.
La mala suerte parecía cebarse con Daniel Ricciardo desde Bahréin, allí en condiciones de luchar por el podio, su Red Bull simplemente se paró. Sin apenas días de trabajo entre Bahréin y China, y sin visitar la fábrica, el equipo optó por no arriesgarse, cambiando centralita electrónica y batería.
El pesimismo se apoderó de Ricciardo en ese momento, pues el próximo elemento de este tipo que el australiano estrenase, conllevaría sanción. Y solo había 19 carreras por delante. Para colmo de males, después de que el equipo decidiera cambiar la relación de la caja de cambios de Daniel, éste salió a los terceros entrenamientos libres apurado, y poco después veía como una densa nube de humo acompañada de fuego salía de la parte trasera de su coche.
Todo parecía indicar una rotura del turbo. Pero sin tiempo material antes de la clasificación, Red Bull optó, de nuevo, por la alternativa más lógica, cambiar la unidad motora. Los mecánicos trabajaron a fondo, pero la clasificación comenzó y el Red Bull estaba en caballetes altos y con motor abierto. El equipo suplicaba por una bandera roja que no llegaba.
Sin comprobaciones posibles, sin más remedio que hacerlo, con el peligro que conlleva, pue automáticamente el vehículo entra en régimen de parque cerrado., Red Bull tiró el coche al suelo y lo mandó a clasificar sin margen de error. Sin oportunidad de calentar neumáticos, de cargar baterías al máximo, sin oportunidad de errar el pilotaje. Ricciardo cumplió y pasó el corte. Ya, con unos minutos extra, el equipo acabó de poner a punto el vehículo para el resto de la sesión.
Daniel Ricciardo acabaría sexto, por detrás de su compañero. La carrera sería otra cosa.
El comienzo de carrera siguió un guión, el más veces visto. Max Verstappen conseguía ganar posiciones hasta colocarse en tercera posicición. Ricciardo más cauto mantenía la sexta posición. Todo cambiaría poco después de mitad de carrera, momento en el que los Toro Rosso colisionaron entre sí, dejando la pista llena de restos y haciendo necesaria la salida del coche de seguridad. Red Bull reaccionaba de inmediato y mandaba a sus dos vehículos a boxes. Ni Ferrari ni Mercedes lo hicieron a tiempo, lo que dejó a los Red Bull justo detrás de sus rivales, pero con neumático más blando y sobre todo, más nuevo.
Ricciardo abría la veda adelantando a Räikkönen. Mientras, Verstappen presionaba a Hamilton y se lanzaba por fuera. El británico se defendió, dejándolo sin espacio. Por la zona sucia y arriesgando, Max se va de largo y regala la posición a Ricciardo. El australiano no tardaba en ponerse a tiro de Hamilton y lo adelantaba donde el de Mercedes no se lo esperó, apurando la frenada de forma increíble.
El ritmo de Daniel Ricciardo era endiablado, y una vuelta después ya estaba tras Vettel, al que adelantó de forma opuesta al Mercedes, aprovechando la tracción y el DRS. Dos vueltas más tarde, Damiel estaba ante el último escollo para conseguir la victoria, Valtteri Bottas. El finlandés, avisado por radio, trató de defender posición, pero como le ocurrió a Hamilton, Bottas no se esperó que el Red Bull se lanzase desde tan lejos. Trató de cerrar la puerta en una maniobra que lejos de evitar el adelantamiento, casi acaba en colisión.
Pero no ocurrió. No en el día de Daniel Ricciardo, no en el día en el que todo se le puso de cara para lograr el triunfo. Con pista libre, el Red Bull voló, evidenciando lo errada de la estrategia seguida tanto por Mercedes como por Ferrari. El equipo Red Bull estaba para conseguir doblete, pero Verstappen se precipitó, y aunque tuvo oportunidad de acabar segundo, tras el contacto con Vettel le había costado una sanción que no iba a cambiar nada de realizarse los adelantamientos o no.
Ricciardo consiguió en China la sexta victoria de su carrera deportiva en Fórmula 1. No ganaba desde el Grand Prix de Azerbaiyán de 2017, cuyo circuito será el próximo que visitará el Gran Circo y que fue otra victoria que no estaba en el guion. El australiano fue franco, no se esperaba el triunfo. No lo decía con las palabras, lo decía su lenguaje corporal, extremadamente nervioso, con temblores incluso en la voz. Y como no podría ser de otra manera, son las victorias que más se disfrutan.
LobosMagazine 2018
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