La pasividad ciudadana y la inacción política sepultan el futuro. Un futuro mejor
Lobos,al calor de la grieta
A diario y desde tiempos remotos, desde niños venimos escuchando que casi todos afirman que pretenden un futuro mejor, que casi todos anhelan un porvenir venturoso y que casi todos desean que su país se convierta en esa nación invencible y especial que tienen en su mente, en sus sueños, desarrollada, capaz de disfrutar de las virtudes del primer mundo. Suponiendo que se sepa qué es el primer mundo. Pero qué pasa? A la hora “del hoy”, de poner los pies sobre la tierra qué? A la hora de hacer los deberes digamos, que de eso se trata, todos esos anhelos y objetivos quedan en el aire y se desintegran a la velocidad que se desintegra una pompa de jabón.
Y nada bueno sucederá por arte de magia si no se hace lo necesario. Esta idea ingenua que invita a creer y hace creer que sin esfuerzo alguno todo es posible, debe ser erradicada de una vez por todas. Si se quiere mejorar sustentablemente habrá que estar dispuesto a hacer reformas intensas. Y dejar de obnubilarse y pensar que llegó el salvador de turno. No será este el momento en el que la sociedad debe admitir, con seriedad, autocrítica y decencia, sus reales limitaciones, esa larga lista de miedos patológicos, esa recurrente actitud mediocre de conformarse con poco… total,… los que odiaba ya se fueron, y ver cómo pasa la vida sin animarse a más, total… los que odiaba ya se fueron, no?, así que, está todo bien. Es así?
Si se quiere “hacer absolutamente nada”, si no se ha tomado la férrea decisión de tocar intereses importantes y de incomodar a los inmorales, pues va siendo hora, entonces, de ir archivando los sueños infantiles. Hay que comprender que ambos aspectos son causa y efecto no son tópicos aislados.
Y si no existe el coraje, la inteligencia y la razón para enfrentar los dilemas más difíciles? Pues es sencillo no habrá tal cosa como un destino magnífico repleto de brillo. Ni siquiera el intento. Y es entonces en ese contexto de absurdas contradicciones, ver increíblemente como pululan tantos defensores del status quo. Entonces y a medida que se va disipando la niebla o aplacando el polvo que no le dejaba ver a usted y no tenía muy claro eso de “la grieta”, sí la tan mediatizada, publicitada, usada y oportuna grieta.
Al calor de la grieta
Si usted mira, observa bien, y ya pasados dos años del nuevo gobierno a nivel nacional, el del presidente Macri, se va decantando todo. Como es esto? Simple, se votó con odio, más allá de la categorización que se quiera hacer al gobierno que antecedió al de Macri; categorización en lo institucional, en lo político, en lo económico, usted tendrá sus evaluaciones y conclusiones. Bueno? Malo? Desastroso?... usted sacará sus conclusiones…
De la misma forma que en 2011 Cristina Fernández triunfa en las elecciones con el 54% de los sufragios, en 2015 se da un vuelco (en ballotage) con Macri obteniendo el 51,34% de los votos.
Esto significa que la elección se define mayormente por el arrastre de la figura del candidato a presidente, siempre. Y de esto se desprende que salvo en muy contados casos y ocasiones tanto en elección para gobernador y mucho más aún en las municipales, éstos llegan por arrastre, generalmente siempre. El electorado sólo quiere sacarse de encima al que ya ven vencido y no exigen otra cosa. Por más que estudios sociológicos sobre el comportamiento electoral digan lo contrario a veces, esto en la realidad es así: “Me saco de encima a los que voté hace 4 años y me decepcionaron y ahora voto a otro “papá”, no importa”. Supongamos y casi con certeza que tanto el actual presidente, como el anterior tenían en su cabeza muy en claro lo que querían o qué tipo de propuestas exponen y arriesgan, pero, y por debajo qué?.... La nada misma, total lo importante es el salvador… Y así es como se tienen gobiernos municipales con gente con convicciones y formados en determinados partidos o corrientes de pensamiento, pero encuadrados en un marco de políticas nacionales del partido de gobierno nacional y su campo de acción se ve acotado por “cuestiones de estado”, casi siempre es así. Y el otro ejemplo, es el de gobiernos municipales a los que “la grieta” los premia, sin saber por qué, un día se encuentran con el “premio mayor”, producto de ese “voto de la pasividad”, sin saber quién es, ni cómo piensa, ni qué piensa, si tiene ideas, o carece por completo de ellas, pero claro… pertenece al equipo ganador, y el elector se siente triunfante, sin exigir nada a cambio, ni idoneidad, ni bagaje ético y moral, ni de conocimientos para la función, ni de proyectos, ni de su pertenencia y orgullo por su ciudad, ni nada, la nada misma, y así resulta…
Resulta que “la grieta”, la tan mentada y odiosa palabra grieta, para algunos (bastantes) esa grieta ha sido su salvación, al calor y amparo de la grieta y por designios de la ignorancia, la grieta los premia, los convierte en “paladines de la democracia”, “de las ideas” y “del progreso para la ciudad”. Y no es así, sólo se trata de oportunismo, sólo se trata de flotar, sólo se trata de vivir, diría algún poeta, de “vivirla”… es más real No?
Y ahora?, en manos de quién o de qué está Lobos?
De las ideas de progreso y desarrollo para la ciudad?
De ideas de tener una ciudad mejor?
De … de qué?
Nada de eso. No son capaces de hacerse cargo de sus propias cobardías y se esmeran en esto de justificar el quietismo. Viven en permanente conflicto entre lo que dicen que quieren y lo que están verdaderamente preparados a hacer para lograrlo.
Hay un temor completamente visceral y tienen pánico de enfrentar ciertas modificaciones. Se justifican, invariablemente, con múltiples argumentos, la mayoría de ellos sin asidero, ni ningún tipo de sustento razonable. Siempre tienen una explicación para alegar que no se hace lo indispensable para mejorar. No han conseguido internalizar acabadamente que las ciudades, pueblos, países que evolucionaron, esos que ellos elogian e idolatran, esos que usan como referencia incontrastable, han tenido que superar muchos inconvenientes. Y lo han logrado. Para disfrutar hoy de ese presente extraordinario, esas naciones, las que lideran el mundo, han tenido el valor de hacer lo imprescindible, pagando los elevados costos que esos procesos significaron para sus habitantes. No están exentos de problemas, pero enfrentan siempre nuevos desafíos, esos que jamás faltarán pero que permiten seguir avanzando en ese apasionante camino que recorren aquellos que siempre van por más.
La cuestión no pasa por desconocer las reales complejidades e ignorarlas irresponsablemente, sino justamente por aceptarlas con sensatez y ponerle todas las energías al resto, de buscar los atajos más inteligentes.
Y…?
En que consiste la tarea? En prepararse para dar esas sofisticadas batallas y no simplemente ensayar una interminable nómina de excusas que expliquen que el plan de perpetua retirada es la mejor salida posible. Si la dinámica actual estuviera enfocada en esos debates respecto a cómo hacer los cambios de un modo ordenado, minimizando los impactos negativos, pero marchando en el sentido correcto, otra sería la realidad. Queda más que claro que no serán los gobiernos los que lleven adelante esta fastidiosa labor. Evitarán siempre cualquier contratiempo de corto plazo porque eso deriva, inexorablemente en severos problemas políticos.
La brújula electoral de los dirigentes condiciona, invariablemente, todo su accionar. Ellos están eternamente preocupados con las próximas elecciones y sus decisiones estarán enmarcadas siempre por esos parámetros.
No importa si es el turno de una legislativa, esas convocatorias de medio término o recambio de cargos ejecutivos tan trascendente para sus aspiraciones. “La elección que viene” siempre será vital y ameritará desvelos. Bajo ese esquema, ellos prefieren construir gigantes elucubraciones y alardear de las dificultades presentes. Crear un ámbito de incertidumbre contribuye a sus objetivos y eso los ayuda en el camino que se han trazado.
Ese escenario aterrador permite amedrentar, con indiscutible éxito, a todo aquel que se anime a reclamar transformaciones de cualquier dimensión. Saben que este es el modo más eficaz para ahorrarse innumerables críticas. Y conociendo sus esperables tácticas, interpretando que los que gobiernan jamás incursionarán en el riesgoso universo de las reformas extraordinarias, este es el instante de asumir que habrá que apelar a otras maniobras. La gente dispone de dos opciones muy visibles. Una es la de siempre, la de ingresar al nefasto callejón de la mansa resignación, bajar los brazos y no esperar nada. Otra opción? La otra posibilidad es replantear una estrategia real y de fondo, y buscar diferentes variantes para salir de este perverso laberinto.
Rendirse no parece ser una alternativa muy digna. Seguirle el juego a los manipuladores del poder, a los que se abusan de su posición para imponer sus reglas no debería ser el trayecto obligado existiendo otras chances.
La sociedad civil tiene ahora una misión indelegable. Es tiempo de estudiar y proponer políticas públicas viables capaces de sortear los infantiles argumentos que esgrimen los eternos aplaudidores del inmovilismo. Para llegar a esa instancia hace falta dar el primer paso. Hay que vencer el espanto y comprender que no habrá un futuro mejor si no se entierran algunas malas prácticas tan enquistadas en las sociedades contemporáneas. Un gran logro sería entender la relación directa que existe entre la complicidad cívica con la política y la conducta cotidiana de los dirigentes. Entender eso permitirá desterrar esa cíclica torpeza de validar la inacción.
No existe mañana.
Lobos se merece otra cosa? O cree usted que está bien asi?
LobosMagazine 2018
lobosmag.com
San Salvador de Lobos - Argentina